top of page

Dorian, breve y bendito clímax

Una de las ventajas de hacerle caso a los demonios es que te llevan por caminos poco transitados. Dorian hace música en castellano cuando todo el pop patrio es en inglés, y además, ellos ponen sintetizadores cuando la tendencia es el guitarreo. Cumplieron Diez años y un día y repiten y repiten el concierto en la radio y en directo llenando igual La Riviera de Madrid como Las Armas de Zaragoza, siempre benditos.


Más treintañeros que jovenzuelos cogían número gratuito en la puerta del recinto en una tarde poco fría y poco gris para ser mitad de diciembre. Cuando pudieron entrar lo hicieron y llenaron la sala, y como si nadie les estuviera esperando, ellos aparecieron. Benditos Dorian por salir estupendos y jovencísimos como siempre. Se marcan poco antes de las diez un principio de concierto impecable contando Los amigos que perdí con final feliz, seguida de Verte amanecer, que es todo lo que quieren, en el fondo. Marc encuerado, para no perder la costumbre, ni siquiera suda, y Belly dorada, también como siempre, sonríe como si disparara las notas que toca al teclado. Benditos ambos.


Con una gira infinita a sus espaldas y en este, un concierto más, ni un atisbo de cansancio.


A tope, porque saben que su directo es su punto fuerte y tienen que explotar-lo. Aprovecharon la entrega de casi todos y convencieron a vírgenes y veteranos con sus letras claras de experiencias pasadas. Con su momento acústico. Con sintetizadores para bailar un rato también. Con mucho oficio. Con una gira infinita a sus espaldas y en este, un concierto más, ni un atisbo de cansancio. Artistas benditos.


Una de las ventajas de hacerle caso a los demonios es que coinciden con los deseos subterráneos. Estos han logrado ser herederos de esos grupos de los 80 que admiraban. Han sido banda sonora de la película del guaperas de turno pero tienen más canciones con trasfondo de sustancias que dan demasiada felicidad como para ser mainstream. Y esto no ha hecho más que empezar. Bendito Arrecife y benditos Paraísos Artificiales.


Tras un par más, ahora nos invitan a irnos con ellos A cualquier otra parte, La Canción con la que es imposible quedarte solo. Una canción sencilla, tres notas y una bandera… Esa canción que todos los presentes parecen saber entonar. Empiezan jugando con los acordes, alargando el momento justo, el anterior a que la sala explote. Luces que parecen salir de una bola de discoteca se revelan simples reflejos que consiguen llegar a todos los rincones de la sala. Y la sala, minúscula de por sí, parece quedarse más pequeña todavía, casi enana. Da la sensación de que van a salir volando todas esas voces al unísono. Todos esos cuerpos moviendo las caderas al compás. Todos los pies elevados del suelo al mismo ritmo. Todas las manos aplaudiendo una melodía. "Todas las calles llevan tu nombre. Todos los libros hablan de ti, desde que muero por verte".


La breve fiesta se ha acabado y a mí me ha dejado en lo más alto de la más alta emoción.


Hemos dejado de respirar apenas unos segundos y ha pasado una hora. Suena el súper inicio disco de Tormenta de Arena que anuncia el repentino final. Comentan que gracias por haber acudido, por estar y por seguir, y que todo lo que sienten por nosotros solo saben decirlo así. Así cómo. Con educación y saber hacer, con inteligencia. Emocional. Se despiden tras minutos y minutos de solo música. Éxtasis. Sin hablar. Clímax. Se despiden.


La breve fiesta se ha acabado y, no sé a los demás, a mí me ha dejado en lo más alto de la más alta emoción. Con los ojos abiertos y los brazos también. Inmóviles. Con ganas de más y de seguir siguiendo a estos benditos que siempre hacen caso a sus demonios. Y de hacer lo propio con los míos. Y mientras, pienso, benditos Dorian, y a la vez pobres, porque serán mucho Dorian pero nunca sabrán lo que se siente al disfrutar en vivo un concierto de Dorian.



Editado por @delobera y @marttapeiro

Posts  
Recientes  
bottom of page