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Zaragoza, de Armas tomar


Av. Independencia Zaragoza


Lunes, empezamos con clases de interpretación. Martes, vino y cine francés. Miércoles, menú del día con cuajada cremosa de chocolate negro y arroz inflado de postre. Jueves, al soul del terraceo que alargamos con un concierto gratuito de Dorian. Viernes, teatro con broche de cena inspirada en Tarantino. Sábado, festival con un poco de electro-disgusting de Las Bistecs. Domingo, vermú, mercadillo vintage y danza callejera para anunciar el fin del domingueo.


¿De qué ciudad crees que estoy hablando? ¿Quién es capaz de organizar todo esto? La respuesta a la primera pregunta es que podría ser cualquier capital europea, la respuesta a la segunda, queda más cerca, Las Armas en Zaragoza. Escuela de formación, centro cultural y referente gastronómico. Todo esto es Las Armas.


Las Armas cierra 2017 con un balance muy positivo. Positivo, no solo para la organización privada, sino para toda la ciudadanía aragonesa. 210 actuaciones musicales, 15 proyectos formativos, 2 restaurantes, 10 festivales de música que han reunido a 4.500 personas y 18 mercadillos que, entre todos, han concentrado a otras 69.000 personas.


Somos las bóvedas de Goya y, a menudo, también sus Pinturas Negras

Pero estos datos, más que quedar bien en el artículo, conllevan para los maños cursos de idiomas, danza, interpretación e, incluso, de Rock. Suponen, además, que a Zaragoza vengan músicos tan dispares y reconocidos como Cristal Fighthers, Rayden o Maceo Parker. Y que los domingos, haya siempre plan de mercadillo, productos aragoneses, reales y ecológicos en el Mercado de Temporada o pendientes de abuela, chupas hipervividas y demás tesoros retros en las mañanas de Placica Vintage. No olvidemos los festivales. Slap! Indoor fue el más multitudinario con 800 asistentes, pero atrás no se quedaron la psicodelia del Zaragoza Psych Fest con 450, ni el blues, ni el reggae, ni siquiera el Rock and Roll de Elvis.


En el epicentro de la ciudad, Las Armas se ha convertido en un imprescindible para aquellos que lo conocen, y en un obligado para los que todavía no se han dejado caer. Un catalizador de cultura cuyo objetivo es promover el amor a Zaragoza a través del ocio, la formación y una programación única. Única, no sólo por su valor artístico sino también por el valor que supone sacarla adelante con una financiación privada.


Somos, como cantaba alguien demasiado especial “igual que nuestra tierra, suaves como la arcilla, duros del roquedal”


Es hora de reivindicar a nuestra ciudad como algo más que un lugar de tránsito. Somos más que la ciudad del agua o la capital de la comunidad autónoma al lado de Cataluña. Somos norte y sur unidos, porque es posible tener lo mejor de los dos lados. Somos las bóvedas de Goya y, a menudo, también sus Pinturas Negras. Somos, como cantaba alguien demasiado especial “igual que nuestra tierra, suaves como la arcilla, duros del roquedal”. Algo de lo que hay que estar orgullosos, pero también, aprender. Y es que, de la misma forma, este sabio entonaba: “hemos perdido nuestra historia, canciones y caminos en duro batallar”. Si la hemos perdido, habrá que reescribirla con canciones de Kase O, de Amaral, de protesta y de fiesta, o a base gritos de “patriarcado y capital, alianza criminal” en manifestaciones. Lo que sea, pero tenemos demasiado talento y demasiado poco amor propio para seguir perdiéndolo durante más tiempo.


Lo que sea, pero tenemos demasiado talento y demasiado poco amor propio para seguir perdiéndolo durante más tiempo


En Zaragoza hay actrices por filmar, pintores por entender, guitarristas por escuchar, poetas, raperos (muchos raperos) y demás cantantes por deslumbrar. Y bares, afortunadamente, muchos bares por quemar (a bailes). En Zaragoza hay de todo, y si falta algo iniciativas como Las Armas intentan traerlo (o crearlo).


Esta organización privada ha venido para quedarse y lo ha demostrado este 2017. Zaragoza es ciudad de Goya, del Plata, del Pilar y del Tubo y desde que Las Armas se instauró también lo es de festivales, teatro, rock y mercadillos. Bienvenido 2018, bienvenidos a Las Armas, bienvenidos a Zaragoza.


Ah, y Las Armas no nos paga, no. Esto lo hacemos por amor al arte, por el amor que nosotros sentimos por Zaragoza, y por el que Zaragoza debería sentir por Las Armas (y por sí misma también).




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