Ya están aquí las rebajas
Son las 10 de la mañana y como cada 7 de enero la misma imagen se repite en todos y cada uno de los centros comerciales que hay en España. Sí, las rebajas de Enero han comenzado. ¡Esto es Espartaaa! Entre la muchedumbre que espera impaciente a que aquel guardia de seguridad abra la puerta para que puedan dar rienda suelta a su Visa, se suelen escuchar siempre las mismas frases: "Bah, las rebajas ya no son lo que eran" o "Como no esté el abrigo que quiero, me da algo".
Y es que, las rebajas son eso, estar esperando semanas a que llegue el 7 de enero para comprarte esa prenda por la que te desvives desde hace un mes y cuando llegues a la tienda, no esté tu talla. Aunque bueno, el disgusto se pasa pronto al ver una camisa que en ese momento te parece preciosa, a mitad de precio.
"Entre la muchedumbre que espera impaciente a que aquel guardia de seguridad abra la puerta para que puedan dar rienda suelta a su Visa"
A las 10.30 de la mañana, la fila para pagar llega a la entrada de la tienda. Y eso, que desde hace unos años, existe un gran número de tiendas que adelantan sus rebajas sea en tienda física o en la página web. Lo que lleva a reflexionar sobre por qué la gente sigue prefiriendo hacer fila el 7 de enero a primera hora. La respuesta es clara, ahí reside la esencia de las rebajas.
En estas rebajas, cada español va a gastar de media alrededor de 100 euros. Y todo esto ocurre, con una curiosa y alarmante realidad de fondo: España es el país con mayor desigualdad entre los países ricos. Aunque parece ser, que esto se nos olvida cuando entramos en la tienda y vemos esos pedazo de descuentos (o al menos, eso nos creemos nosotros).
"Cada español va a gastar de media alrededor de 100 euros"
Viendo el panorama que me rodea esta mañana, me doy cuenta de que pese a todo, sí compensa estar media hora esperando en el probador para luego esperar otros tres cuartos de hora en la fila de la caja. Vamos, que hay que tener valor y sobre todo muchas ganas para decidir embarcarte en esta aventura, que para muchos, se convierte en un auténtico suplicio.
